«Poemario Ad Hominem» y «Breves Histerias Posmodernas»: de Pablo Emilio Yañez / Versión PDF  

Micro prólogo

Estas Breves Histerias Posmodernas nacen de la necesidad de dar salida a lo interno, lo oído, observado, callado y gritado a los cuatro vientos, está lo anhelado y arrebatado, lo omitido y perdido a lo largo de victorias, de estupidez emocional, de hartos fracasos e infinidades de intentos donde jamás se encontraron soluciones. Hay mucha calle transitada, poca vereda, hay callejones sin salidas y encrucijadas con malas decisiones, también se encuentran personas que pasaron, se quedaron, los que me soltaron en caída libre, los que me atraparon antes de estrellarme contra mi propia pared.  Todos ellos con sus respectivos bagajes de experiencias positivas, negativas y neutras. 
No hay más que culpas, vacíos, deseos de superación y búsquedas que jamás se alcanzan.  ¿Qué más puede hacer un Borderline, sino destruir patética e involuntariamente todo lo que toca aparte de sí mismo?  Algunas son cosas propias, otras son demasiado ajenas y hasta las hay enajenadas; pero las he tomado en carne propia como derrotero personal. Incluso hay situaciones inventadas que no distan de ser reales porque siempre fueron mi eterna fantasía… Del lector depende hacerse cargo de las mías y de las que considere de otras personas y hasta de las que piense que son puras patrañas sin sentido. Cualquier sensación de provocación, resentimiento o catarsis es sólo eso… Una mera sensación nacida de las palabras que cayeron de la boca de todos nosotros y una forma de vivir en una constante y contradictoria falacia Ad Hominem.

A continuación, se encuentra el libro en el formato PDF



Los poemas de Pablo Emilio Yañez – Ad Hominem

911

Un amor de avenida
Sangra bajo el puente de nuestras discusiones
Con los niños a cuestas.
Testigos, ruido de tambores.
Palabras chocan contra el cordón ante la mirada atónita de los comedidos,
Amor ebrio de egoísmos,
Descontrolado,
Grafitis 
Rezan una tregua en la ciudad que duele,
Somos esclavos de nuestra incomprensión encarnizada,
Embestimos mutuamente,
Buscamos la supremacía de uno sobre el otro... 
Encadenados, 
Sin saber que en este juego perdemos los dos
Y no hay policía que llegue a tiempo
Para arrestarnos o hacernos entrar en razón.

Atrapasueños

Vos regalando besos de colectivo a las 3 de la tarde,
Allí contra la ventana y picarona,
Te tiran piropos los muchachos del fondo
Y yo, vendedor ambulante de ilusiones,
Te dejo a mitad de precio
Dos alfajores,
Un turrón,
Cinco bombones
Y un puñado de miradas cuando caiga el sol.
¿No ves lo barato que es amar?
¡Y tan lindo!
Dale, anímate a pasarte la parada y bajémonos
Donde nadie nos vea;
Aunque viajemos sin crédito y nadie nos compre un pasaje;
Te invito a recorrer la ciudad 
Sin señales de tránsito alrededor. 
Prometo que los baches no se robarán
Tus orgasmos este día.
Y cuando nos invadan los pirpintos en el verano,
Digamos que son nuestros corazones
Volando de alegría por el encuentro de los dos.
Dale, tomemos la ciudad,
Volemos de las manos y sin paracaídas.


Mujer Cabeza de Pájaro

Mujer cabeza de pájaro,
Boca de higo
Y sexo en flor.
Su gineceo 
Es húmedo y confortable;
Con pétalos que se cierran 
Suavemente 
Y regalan rocío.

Estambres delicados.
Con néctar generoso y amable.

Ella sueña 
Con horneros en la primavera,
Algarrobos del pasado,
Grutas apacibles.
Por la mañana trinan sus pensamientos,
Y desea migrar 
Hacia zonas seguras,
Lejos de cazadores furtivos.
A veces pierde la orientación,
Y le seducen otras aves exóticas.
Cuando al fin se posa en ramas amigables.
Se detiene 
A admirar las lavandas
Del camino...
Busca.
Da pequeños saltos,
Se siente frágil 
Y se refugia en atardeceres anaranjados.
Espera la lluvia con tristeza.
Intentando acomodar su interior;
Un carancho le desordena el nido.
Llora.
Recorre plazas cercanas.
Aunque su alma es libre;
También es dueña
De una jaula 
Que ella misma 
Eligió. 
Pasará el otoño, 
Vendrá el invierno.
Entonces ella despertará.
Dios quiera que no sea demasiado tarde.


Tótem y Tabú

No quiero esperar
hasta junio para dejar mi transpiración sobre tu lado izquierdo,
Tampoco saltar los molinetes del subte
Para llegar a tú sien;
Como un felino desprotegido
Primitivo y oscuro.
Zafiros caen en la noche
Sobre tu cuerpo perfumado de ocres,
Un tótem perverso observa tu languidez.
No es el calor de la ciudad lo que tememos,
Sino la desintegración de nuestras partículas
Sobre lunas cubiertas de tristeza.
Largas filas esperando tu encuentro,
Abriendo maletines buscando señales
Y tachando el calendario de tu boca.
 Es la condena de esta tundra invisible
Que llamamos civilización,
Solo en nuestra cama hemos podido alcanzar
La aurora boreal de nuestras pasiones
Cual arte rupestre; nuestros movimientos quedan
Dibujados en las paredes de la habitación…
Una mezcla de excitación y fascinación naturalmente salvaje
Como debe ser… Sin tabú ni prejuicios,
Un calendario, tu languidez y mi transpiración.

La Lluvia

Kamikazes de cristal
Se suicidan con amor,
Y nos regalan un último beso antes de morir...
Como ángeles expulsados del cielo;
Danzan bajo nuestros pies
Y estremecen la casa de Poseidón.
Comunión Simbiótica de dos mundos,
Donde no existe amo ni esclavo...
Leones rugen detrás de las montañas
Y hasta se jura que los vieron rasgar la negrura con una velocidad increíble.
Escuchen a las Valquirias en la laguna cantando Arias del Segundo Reich.
Luego llega la promesa de Febo con su carruaje de fuego y siete corceles de colores para encontrar la quietud.
Pero nunca digas su secreto,
Tampoco su verdadero nombre;
Desde las tierras del Élam, Dios hizo su primer pacto con los hombres,
Nos regaló el olivo y el vino...
¿Por qué no hemos de brindar?

Milagro

Gente rezando el Rosario en el colectivo,
Sus labios aman al mundo,
Perdonan mis pecados,
Bautizan niños...
Esperan y llaman;
Pero nunca en voz alta.
Buscan multiplicar el pan,
Despertar a nuestros seres dormidos.
Piden y dan, pero nunca en voz alta,
Nunca jamás.


Lo Bello y lo Sublime

Bella es la distancia en la ciudad,
Una voz ausente y la mística de la fantasía.
Sublime es la paciencia,
Los sabores fuertes y la caída de la pacífica tarde.
Las palabras que vuelan con el viento...
Y aterrizan en lo virtual del mundo,
A veces soy como un dios caído
En profundo sueño de melancolía
Y encantos de experiencias pasadas.
Es Bello el vals de las hormigas
Y las hojas sobre su lomo.
Sublime la luz anaranjada
Y el andar de los niños entre las hamacas multicolores.
La Sinfonía de los motores y las Novenas en la iglesia,
Hay Corazones elevados
Y corridas de señoras alcanzando el colectivo.
La Estética es... Simple observación mundana,
En cambio, el placer;
Una compleja virtud por descubrir y experimentar.



Recreo

Yo creo saber qué es amar.
Tú crees saber qué es amar.
Él/Ella cree saber qué es amar.
Nosotros creemos saber qué es amar.
Ustedes creen saber qué es amar.
Ellos/as simplemente aman.
No separan sujeto del predicado. No tiene tiempo, ni género, no es plural o singular.
No buscan el artículo, sustantivo, adjetivo o el verbo.
No hay un sobresaliente o un desaprobado. 
No sale en un boletín de calificaciones.
No es alumno ni docente. No es el mejor o peor compañero del grado.
Sin semántica, sin gabinete psicopedagógico.
Sin recreos largos o cortos. No hace paro ni huelga.
No es disléxico, índigo, o super inteligente.
No tiene capacidades diferentes.
No pasa a la bandera, no le hacen bullying. No te hace el más popular.
No tiene división por grados.
No te amonestan o te regalan horas libres.
No toma prueba sorpresa ni se estudia.
Solamente se ama por amor al amor mismo.
Como es, como viene, como sale, como está dentro de cada uno.
O más bien estamos dentro del amor mismo. 
El amor es sólo eso: AMOR
Y nosotros hemos perdido la regularidad, 
nos lo llevamos libre,
Con todo el miedo de que nos bochen
Y el eterno amague de que estamos bien preparados,
pero nunca nos presentamos al llamado.




Rostro

           Veo el espejo de la catedral,
un aliento a vino de alta calidad,
una bocanada fresca y
una  lengua amarga con  resaca

Pitonisa...  con caderas sexuales
          Marcas en mi taza de café,
       Tus huellas en la mesa de luz…
       Y miradas sobre el minutero.
 
          Amo la gravedad del cuerpo,
que se anuncia en un proceso digno
de desesperación;
donde un sol se fuma la vereda de tu casa.
    
 
Y si tus pechos fueran de oro, 
Y si tus pechos fueran de madera...

¿Caerán mil soldados
o tal vez unos cientos?... 
             Mientras tanto… soñaras con otro
Sólo para molestar
          El paso tranquilo
       de quién vuelve tarde
       Del olvido; con la incierta esperanza
       De que tus piernas sigan en el sofá.






Rostro

           Veo el espejo de la catedral,
un aliento a vino de alta calidad,
una bocanada fresca y
una  lengua amarga con  resaca

Pitonisa...  con caderas sexuales
          Marcas en mi taza de café,
       Tus huellas en la mesa de luz…
       Y miradas sobre el minutero.
 
          Amo la gravedad del cuerpo,
que se anuncia en un proceso digno
de desesperación;
donde un sol se fuma la vereda de tu casa.
    
 
Y si tus pechos fueran de oro, 
Y si tus pechos fueran de madera...

¿Caerán mil soldados
o tal vez unos cientos?... 
             Mientras tanto… soñaras con otro
Sólo para molestar
          El paso tranquilo
       de quién vuelve tarde
       Del olvido; con la incierta esperanza
       De que tus piernas sigan en el sofá.






Dáimon

         Estoy en cero
cuando me duele
la mortaja verde
de tu dáimon endemoniado
Y se abre más mi útero
esperando tus raíces,
tu ocre sobre mi piel.
Eres mi karma
desde lo neutro del cielo
hasta lo pálido del horizonte.
Quiero tu boca de higo
Tu cabellera de pájaros
Sin fajas que me sostengan
En este camino sin retorno.







Metafísica Cuántica

         5 veces ocultó la verdad sobre los átomos.
4 veces cayó en el subconsciente de sus propios agujeros negros.
1 sola vez resolvió la ecuación.
La duda fue infinitesimal,
aún busca a Dios.
Hipotéticamente hablando,
su conclusión está bien fundamentada.
Teóricamente; crecer es Ley Universal…








Correspondencias

        A los Dioses
El saludo rígido de los vientos.
Al sol, la luna y las estrellas;
Cuatro esferas irresueltas dentro de mi corazón.
A los cielos una mirada oportuna
Hacia la distancia entre nosotros.

A tus labios,
El humor sutil de una antipoesía,
El dinero, el tabaco y una sensación para tu color.
Sin más, ni menos para agregar;
A una nube la presencia pasajera,
Que con el viento me borra este presente
Y lleva consigo versos para otra ocasión…









Declaración

        Si tan sólo fueses un ciprés,
Reencarnaría en el más ocioso y corrupto de los Césares;
únicamente para dormir bajo tu sombra...
Entrenaría miles de pájaros con el único fin de adornar tus brazos
Con pulseras de todos los colores.
Besaría tus raíces con mi nariz al suelo
Como un jesuita manso y abnegado.
Edificaría un imperio de soles para acariciar tu corteza cada mañana.
Llegada la noche, moriría entre tus ramas
Que todo lo comprenden
Y así sabrás que quién ama a un árbol, ama su propia esencia...










La Araña

       ¿Adónde irán mis palabras cuando quieren suicidarse?
¿Al Pabellón de Lorca?
¿Estarán en el Ajenjo de Verlaine?
¿En el corazón de los que temo?
¿O en el peor de mis infiernos conocidos?
¿En la grieta de tu labio inferior?
Tejes con sabiduría los hilos de mi destino,

Como me es imposible oír sirenas,
O mirar ojos de Medusa,
Cuán harpía eres para dejarme a merced de tus labios.
Nunca odié tanto tus tácticas para conseguir dejarme sin aliento.
Sin embargo, dices:
- Yo? Si tan sólo soy frágil como una araña,
me muevo despacio,
te observo,
te entretengo,
Te llevo a mi hogar,
Con brutal abnegación dejo que me sientas tuya
Y al final del acto te devoro por completo,
¿Si no es amor el matarte así, entonces qué es?











Esaú y Jacob

“He recibido la maldición de Isaac”
Sólo eso.
No existen las palabras
para expresarlo de una manera más correcta.
Mientras…
Lloro sin hallar razón
y avizoro en la cercana ancianidad
mi falta de visión para tomar decisiones
Moriré solo como un perro,
Seré paria, desterrado de todos y de todo.
Ruego al innombrable por la reconciliación 
De mi estirpe
Que vaga por el desierto de mis demonios personales
En busca del maná que no les supe dar.










Astrolabio

Anoche comprendí el universo una vez más.
Cerca de las 4 la vi pasar coqueta sobre Marab y Alpheraz,
Le pedí un deseo, porque fue eso: 
“Un deseo fugaz que sólo se cumple si no se dice en voz alta lo que uno anhela; sino huye”.
Cayó sobre Venus guiada por runas anunciadas en enero y se apagó antes de las 5.
La acompañaron dos estrellas menores circundantes,
Realizó recorridos repetidos en un Vórtice espiral.
Arrastrando cola y lastre de otras galaxias conocidas.
Murió en el intento de brillar en este cuadrante.
La observé, y me percaté que yo me encontraba en el Norte, Castor y Pólux me sonreían.
Encendí fuegos fatuos y aticé llamas del ayer.
Sonreí, vi pasar los cambios y nacimientos desde la luna llena a la sarracena.
Me siguió todo el viaje de regreso,
sólo para recordarme irónicamente que
Cerca de las 6 ella volvió a la casa de Urano adonde está atrapada, 
Cuando llegue el mediodía será una estrella fugaz, que murió en la noche.
Aún sigue cayendo en su casa natal equivocada.
El Tarot le augura soledad, y una carta comodina para su salvación.
Los mantras no son suficientes,
No necesita repetir, sino romper ciclos y cerrar círculos inconclusos.
Desde este observatorio terrenal el espíritu ha sido liberado al firmamento 
Y conjura lo que 5 planetas alineados sin ser vistos aún; planificaron:
Felicidad suprema. 
Salud futura.
Sanación interior.

Calendario

Recuerdo haberte dicho que me bordaras con hilos de oro;
Que tu virtud solo sería mi salvación,
Sol de tarde y beso por la mañana,
Luego decías que me amarías un sábado
Pero estabas ausente.
Si tus ojos no mintiesen, si tan solo no mintiesen.
Diría que casi mientes en serio.
Abril es hartante, lo sé.
He decidido no hacer de mi corazón un campamento de fuego,
Ni estudiar con sigilo cada movimiento de tus peones invisibles.

Ya sea por superación o temeridad, 
La indiferencia espera a que alguien arroje la primera piedra.
Y verás mis llagas cuando muestre mis manos,
Aun así, no me creerás,
Porque no sabes rezar, mucho menos alabar.
No seré el santo de tu devoción
Pero mi Redención será inevitable.

Volverás un lunes, lo sé…
Te ocultarás en la noche, 
Seguirás jugando... Pero te dejarás derrotar.
Septiembre será entonces...
Amarás de nuevo, confiarás, soñarás de a dos.
Y será todo aquello que no debe ser.

Brooklyn, Coltrane y Cigarrillos…

Caminamos por Brooklyn cerca de las 21,
Entonces dijiste: - Allí donde miras no estoy...
Luego soñamos con el fin del mundo,
Susurraste: - Allí, donde todo termina no me encontrarás.

Nos desvestimos mutuamente, te prendí un cigarrillo,
Te acomodé un bucle travieso que jugaba sobre tus mejillas,
Cerramos las cortinas y jugamos a resolver los misterios de nuestras siluetas en la pared.

Ya casi eran las una, se escuchaba a Coltrane de fondo mientras un gato gris aterciopelado caminaba por la escalera de emergencia.
Viniste hacia mí diciendo: - Allí donde el gato trepa, yo no clavo mis uñas.
Y jugamos a esperar el amanecer como quienes se encuentran en un sublime estado de fascinación, el uno por el otro. 
Estabas coqueta, insolente y sugerente; 
Yo, meticuloso, observador y con un morbo naturalmente escondido.

Síndrome de Estocolmo

…” Llueve en mi corazón
como llueve en la ciudad.
¿Qué languidez es ésta
que entra en mi corazón?” …
Paul Verlaine
Por la noche llueve la soledad sobre las chapas.
En un baño de dos por dos;
Otra lluvia cae sobre el zócalo del azulejo.
A veces me conformo…
Otro día quizás, será otro día.
Pero curiosamente es de noche.
No hay un sueño escondido que quiera rescatarme,
O el mismo deseo de abrazar una almohada,
Y transpirar un colchón hasta el cansancio.
Cuando la mirada cae en estado de coma sobre las baldosas;
Observo mis huellas de tierra sobre el piso.
Me delatan con su pesadumbre insomne
Y pretenden borrarse con el frescor de la mañana,
O con el paso de otra persona.
Un grito quedó atrapado en una voz silente y patética,
Pareciera que jamás podré escapar;
Mientras siga lloviendo la soledad sobre las chapas,
Mientras mirada se estrelle contra el piso… 
Y mientras siga enamorada de mi propio captor.

Caída Libre

Bebí de ella, Saboreé su paladar,
Orbité sus pechos descaradamente.
Y no podía pensar cinco palabras con exactitud.

Suéltate en caída libre, le dije
Mientras desbordaba ansiedad por lo bajo.
Fue hacia mi pecho y de allí a mi lengua;
Fui conduciéndola por laberintos donde no servirían sus tejidos
Y su pérdida sería indudable.

Lo simple de sus complejidades
son dignas de una gran amante,
de día llama a Venus en el café entre sus manos
De noche la cámara no captura la esencia,
Culpa al frío, Duerme,
Ama andar descalza, pensante,
Busca nuevamente en el fondo de otra taza 
aquella señal; que sólo adivinos pueden resolver.
Constantemente se sonroja al recordar su mirada en el espejo mientras busca seguridad.
Es un cúmulo de emociones sin contener aliento, 
Desea ser el esmalte rojo para clavar sus uñas
en mi espalda.
Es por ello, como todo Minotauro; 
espero al final de este juego,
y aunque intente volar con alas de cera;
El calor la derribará tarde o temprano.
Quedará añorando que la madrugada jamás termine.
Y que las palabras no la hayan puesto así...

Cassiopeia

Lenguaje simbólico universal,
Danza de planetas y constelaciones…
Dioses bailando un vals satelital,
A lo lejos está el más allá,
Más acá estamos nosotros…
Desorientados, perdidos en nuestra propia masa corporal.
Exploración y conquista, 
En el mar de la tranquilidad, 
En el lado oscuro, en el lado oculto.
Entre vientos solares y fuerza de gravedad;
Viajamos en espiral hacia la luz…
Ese es el primer contacto con nuestro ser, nuestro espíritu.

Borderline

Me enteré que en un pabellón solitario
Palabras mías se entregaron a la muerte,
Para caer en este puñado de hojas;
Que hoy llega a vuestras manos.
Y se convierten en un licor – veneno,
Solo para torturarme el presente
Desde el pasado.

De allí que se dictó mi sentencia,
Al igual que Narciso;
Estoy condenado a verme

En mi REFLE – XIO…

Señal WIFI

Cuando la señal de una relación está encriptada, 
Uno pide o pegunta por la contraseña al otro,
Hay quienes tienen acceso libre, otros temen demasiado por su seguridad y le ponen clave.
Entre las otras redes guardadas, usamos la que nos parece la más segura, igual que las personas.
¿Sabes? La velocidad de subida o bajada oscilan, depende de con quien estés podés fluir o hundirte más.
Sin importar cuán cerca se está del servidor o del módem.
Depende de esas malditas antenas que suelen tener puntos ciegos y no nos permiten pensar con claridad,
Las instituciones de la sociedad nos prometen máxima velocidad con burdas propagandas.
Se nos cae el servicio y agotamos nuestras baterías más rápido.
A veces al agotar mis datos de paciencia, o los tuyos;
Nos olvidamos de pagar la factura a tiempo, siempre arrastramos fracasos del pasado
Y adeudamos esa boleta todavía.
Es jodido, hay que remarla así, esos son cuelgues típicos de cada uno.
El que aún tiene saldo en su corazón; hace zona WiFi para solidarizarse con el otro.
Por la nube de nuestras charlas suelen existir demasiados datos en esa red para procesar,
Y ralentizan la comunicación.
Se nos tilda el navegador.
No es óptimo.
Y nos acercamos a las casas de amigos o conocidos y decir:
-	Tenés WIFI? (Cómo quién busca un poco de nueva señal segura para volver a conectarse con uno mismo).
Muchas veces nos tocó estar en esos momentos críticos y acudir a recargas SOS para no perder el ritmo ni los compromisos.
Canjeamos puntos para darnos algún gustito como recompensa por haber sido constantes, caminamos a deshoras por una carga virtual mínima.
Recorremos la ciudad, las plazas, los bares y cafés porque allí tenemos recuerdos agendados y nos da un cachito de alivio.
Dicen algunos que hay trucos para expandir la señal y darle más alcance,
Algunos sirven, otros son puras patrañas.
El celular de nuestro corazón tiene memoria de todas las redes a las que accedimos anteriormente.
Guarda cada nombre, contraseña y tiene permiso de ingreso.
Aunque no las usemos, están ahí, es parte del recorrido que hicimos.
Si la señal es demasiado débil pasa a otra automáticamente si así está configurado el dispositivo, es necesario para que podamos subsistir.
Existe la opción de olvidar red, conectar de nuevo, o pasar a otra red, cada cual hace lo que le resulta más efectivo.
También podemos reiniciarnos nuevamente, cargar un nuevo idioma,
Un teclado accesible para escribir con predictivo o no cada nuevo acto de nuestras vidas.
Se puede añadir una nueva cuenta o usar la misma.
Porque todo comienzo es así,
Como recién salido de la caja,
Con nuevos accesorios, memorias formateadas o reparadas.
Está el Backup de seguridad emocional para no perder nada importante que desees conservar.
Y hasta podés actualizar el Software de tus pensamientos a una versión superior.
Pero de todas las conexiones, la mejor forma es la que funciona bien y jamás te deja tirado.
No tiene plan control, ni te quedas con saldo remanente,
No te deja sin crédito jamás.
Es WIFI de verdad.

Minotauro

…” Ella se perdió porque suponía lo que debería pasar” …

Pedro Aznar
Ella levanta paredes mientras camina, 
Sin saber que construye un laberinto a su alrededor.
Intocable por dentro
Y accesible por fuera.
Su risa tiene exceso de pena.
Y sus lágrimas exceso de alegría.
Desconoce su propio origen, también su propósito.
Recorre los grafitis de la ciudad,
Captura, observa e intenta aprender del arte subliminal.
En algunos pasillos puso pequeñas ventanas para ayudarnos a comprender sus misterios;
Pero en su encierro y llamado a silencio,
Nos deja mensajes escritos para no mostrar vulnerabilidad en su pedido de auxilio.
Ella teme caer al vacío, desconoce el paracaídas
Y se empecina en volar con alas de cera
E intenta llegar al sol,
Para tomar sus rayos con sus manos y curar a otros.
En el interior del Laberinto le atormenta un Minotauro,
enorme, bruto, imponente,
no la deja en paz,
no quiere irse,
Es como un fantasma que se interpone en todo,
la somete,
la pretende,
la deja,
invade sus pensamientos,
es soberbio,
intransigente,
Maldito,
Odioso,
Despreciable.
Se resiste a morir, 
mata a todo aquel que ingresa en sus dominios
Y les hace la vida imposible.
A pesar que ella anhela un héroe, los entrega en sacrificio inconscientemente.
Tiene estirpe de Tejedora y campesina,
Sin saber que es su mejor herramienta,
son sus raíces más fuertes,
un simple ovillo puede cambiarlo todo…
También puede ser el héroe de su propia salvación.

Nunca Sueñes con Extraños

Nunca sueñes con extraños,
Ellos se roban los rostros que vamos a conocer.
A veces son como gitanas que todo lo saben
Y auguran mala fortuna,
Duele, pero es cierto
Quien te lastima es aquel que más cerca tuyo está;
Porque comprende tus puntos débiles al dedillo.
Para un desconocido no significas nada,
Para el amigo, amante o hermano lo eres todo,
Pero elige la traición a pesar de todo.
Por eso, nunca sueñes con extraños,
Puede que te sorprendas y veas cosas que no imaginabas;
Aquellos que te besan,
Alaban,
Te envuelven
Y verás la crueldad.
Nunca sueñes con extraños,
Nunca.

Volátil

Son hijas del viento
                                          Las palabras que salen             
                             de tu boca.
                     Dime hacia donde se dirigen;                                                             
                              Que yo iré a buscarlas 
Más encaprichado que antes.
      Porque al decirme adonde fueron;
                               El viento se las habrá llevado de                      
                                                                               vuelta…
(Como hijas dignas que son,
                        Como lo volátil de tus pensamientos)

Manicomio

Los pasos se perdieron
Por el pabellón,
Con saludos de delantales blancos
Y apretones de manos,
Con lapiceras de distintos
Colores…

¿Es que siempre
quedan pastillas
para cada ocasión?
ANSIEDADES DEL AYER,
TRANQUILIDADES DEL NUNCA – JAMÁS.

Hay silencio detrás
De los muros rosados,
Del otro lado;
Está el otro lado:
“El otro lado de las cosas”
Graffitis.
Propaganda política,
Un policía en la garita,
Tres perros comiendo
Basura.

De repente
Cayó la luz sobre el
Patio;
Y cada pijama salió
A tomar sol con un pedazo de pan
Entre sus manos.

La mañana se escapaba por el pabellón,
Los recetarios estaban de huelga///
No había motivos
Para seguir caminando
En círculos – en círculos – en círculos,
Con la mirada perdida
En un horizonte incomprensible;
Anhelando el porqué de las cosas
De siempre y de nunca, nunca – jamás.


Nuevas Vocales

A durmiendo en el establo,
                       Aroma de besos perdidos.
                           Equinoccio tardío e                        Imposible.
          I obtusa, de brazos alzados.
                    Mortal como ninguna,
                                Brutal como todas las demás.
E marchita, de gris cabellera,
                Con silencios visuales de gran 
        Envergadura
                                   O sin vientre, sin esqueleto,
                                                                       El aire en su interior                                                                                          Se mueve de izquierda a derecha.
                  U nupcial adornada de versos                                                  Y encuentros mórbidos.
                  Su color es cruel…                                                                           (Violeta del atardecer)
                       Imposible e irretratable
                         A todas las Intenciones,                              El tiempo las Orientará hacia El Universo.
s.

Lecho

No sé qué nos mueve al escuchar esta melodía reconfortante,
Si solamente buscamos un estado 
Más o menos transitorio y apacible.

Tal vez, el silencio sea esa identidad plena
E indistinta que nos enamora;
Caemos en un sueño más agradable que la quietud de la muerte,
Nos arrojamos al misterio mismo,
Por medio de esperanzas…
¡Cómo duele la soledad en compañía!

Es increíble que la suma de los dos; no de cero.
Que la música nos reconforte…
Pero que no nos baste.
¡Qué intranquila es la quietud de nuestro lecho!

Libro ; Breves Histerias Posmodernas

…” He cometido el peor de los pecados

que un hombre puede cometer. 

No he sido feliz” …

Jorge Luis Borges

Océano

Con Eduardo nos conocimos cerca del 96’ en una galería fotográfica cerca de la Estación de Tren, el rondaba los 41, y yo iba por mi tercer año de Económicas en la UNSa, era amable, casi misterioso, un poco distante, recuerdo cuando me detuve en una foto de una mujer sosteniendo un mortero y se me acercó por detrás, con mucho respeto me dijo: “Me gusta como el artista logró captar la esencia de las manos de la mujer, así añejas como se ven; aún se puede apreciar que son manos que saben amar y lo hicieron en épocas anteriores, como también acariciaron niños y a un hombre hermoso” Apenas escuché su apreciación me impactó rotundamente, le contesté: - ¿Y cómo sabes eso? El retrucó porque yo soy el Fotógrafo de la muestra. 
Nos encontramos varias veces por el centro, tomamos café, charlábamos de todo, había mucha conexión emocional e intelectual, era un hombre de mundo y muy interesante, colmado de experiencias y nostalgias de otros tiempos.  No fue sino en el cuarto mes que me invitó a su departamento e hicimos el amor, si bien había perdido mi virginidad a los 16 en el cumple de mi prima Sara, a escondidas en un rincón de su Cabaña en San Lorenzo, con Eduardo podría decir que realmente allí conocí el sexo, tenía una costumbre cálida de conducirme por laberintos impensables, hasta conseguir someterme de todas las formas que él lo deseara y sin que yo me sintiese incómoda o molesta, por el contrario, me redescubría más y de forma implícita le demandaba más, conocí el temblor de las rodillas y el ahogar mis gritos con una almohada, el sentir que la cabeza se me incendiaba y que no había manera de evitar el orgasmo.  
Con el paso del tiempo, entraba y salía de su vida, nos veíamos en su depto. Me esperaba con alguna cena o me preparaba algo especial, siempre tenía alguna sorpresa escondida para mí. Hicimos un par de viajes maravillosos, miramos atardeceres en los cerros, pero siempre sin compromisos, ni ataduras, amaba esa libertad que él me brindaba; pero eso sí, Eduardo me fue bien claro: Él se mantendría solo conmigo, ya que para su edad y su forma de ver la vida no necesitaba vivir al límite, su vida estaba en otro plano, su físico y sus ánimos también, yo podía hacer lo que quisiera, pero que le sea honesta y no le ocasionara problemas con terceros. Eso me gustó mucho más, saber que lo tenía y que yo era libre, esa especie de Dios sexual y hombre venido a menos, el cual me interesaba su psicología y angustias. Los parciales y finales me tenían loca, lo que restaba del tiempo lo repartía entre mis amigas y Eduardo, a pesar de que me dio la opción de la libertad, decidí estar únicamente con él, pero siempre le mostraba mi lado más irreverente como para no quedar vulnerable, pues no quería que pensara que también me tenía o que empezaba a sentir cosas por él.   A veces solía sentarse en la cama y en la casi oscuridad, con la luz prendida del baño, me contemplaba dormir. ¿Una vez le pregunté, por qué me miras tanto? El respondió: “Por tu tranquilidad, amo las curvas de tus caderas, tu falta de preocupación, tenés muchas cosas más por vivir, me gusta la forma en que abrazas la almohada, quiero quedarme este recuerdo tuyo antes que te vayas” - ¿Yo? ¿Irme? ¿Adónde?  - No lo sé… Pero es parte de las cosas que suceden. Pronto despertarás y en tu cabeza llena de pájaros, sólo cantará uno solo, ese será el que te haga feliz. - Pero si yo soy feliz ahora… - Lo sé, pero te hablo de otro tipo de felicidad, no de una egoísta, sino de una suprema donde, el YO pasa a ser un NOSOTROS pleno y desinteresado. Quiero quedarme con lo mejor tuyo, ésta imagen, estas charlas, estos contactos y si algún día el destino nos vuelve a encontrar en planos diferentes, quiero que sepas y sientas que creciste al lado mío y que mi paso por tu vida no fue en vano. Siempre serás mi mujer bella y una ninfa que entraba y salía de mi vida para darme momentos de alegría. 
Debo reconocer que, para mí, era como una figura paterna, que me contenía, era muy centrado y siempre solía darme consejos acertados, mi falta de madurez o en proyectar futuro era el abismo que existía entre Eduardo y yo, mientras yo comenzaba a vivir mis experiencias, él ya tenía varias batallas y derrotas, su corazón roto en mil pedazos y rearmado a fuerza de esperanzas y aceptaciones; le proporcionaban esa voluntad de seguir adelante. Sé que anhelaba por dentro esa compañía eterna que lo cuidara o preste atención en sus momentos más oscuros, a pesar de no habérmelo pedido nunca y aceptarme como soy. Lo amaba, no lo niego, fue un gran pilar en mi vida, la última vez que nos vimos, hicimos el amor en el suelo, me llevó hasta mi casa y se fue en el auto, no sin antes observarme unos segundos por el retrovisor hasta que abrí la puerta. Fue cuando le dije que me iba a Buenos Aires a continuar en la UBA, trabajar y tratar de asentarme, ya que mucho futuro no proyectaba aquí y lo que más deseaba era establecerme económicamente, fuimos perdiendo el contacto con el pasar de los meses, extrañé su lengua amarga intoxicándome con tabaco, sus manos en mis caderas, cuando me tomaba dormida a la madrugada, el olor de su colonia, su sonrisa idiota cuando me veía dormir.  
No fue sino al año que conocí a Ignacio en la fiesta Estudiantil, apuesto, espalda ancha, manos grandes y una sonrisa encantadora, apenas nos vimos fue como si un rayo nos hubiera atravesado, en menos de 6 meses nos fuimos a vivir juntos, nos recibimos en la UBA, nos casamos, tuvimos dos hijos hermosos. No hay día en el que no agradezca haberlo conocido y esta vida que llevo ahora, pero esa felicidad se inundó de tristezas cuando por la mañana miraba las noticias y noto un accidente fatal en el acceso a Güemes y veo el Torino rojo de Eduardo y la patente que nunca me olvidaré, se me cayó la taza al suelo, me tomé la cara con las manos y corrí al baño a llorar, Él, aquel que tuvo lo mejor de mi juventud, el que me hizo mujer de verdad, el que me preparó para todo éste presente, ya no estaba, se había ido, un camión perdió el control y lo chocó de frente mientras volvía de San Salvador de Jujuy. - Ana: ¿Estás bien? Me dijo Martina que te pasa algo… - Si Ignacio, estoy bien; vos viste, a veces me pongo emotiva de la nada… Yo me entiendo. - Lo sé, pero esta vez es diferente, te siento dolida de verdad, ¿te pasó algo, te hice algo? – No, amor, ya me repongo, me arreglo y llevo a Martina al Colegio ¿ok? - Bueno, si vos lo decís. Sino lo hablamos más tarde. - No Ignacio, ya fue. No hay nada que hablar nos vemos esta noche en el asado de Facu, no te olvides de comprar las bebidas, con Martina llevamos el postre. - Bueno Ana, quedamos así. Te amo. - Yo también. - Nos vemos esta noche, ponéte bella como a mí me gusta…  
El corazón de una mujer es como un cofre que guarda un collar de perlas, cada perla es una lágrima atesorada en silencio, esa mañana atesoré a Eduardo en mi cofre de mujer, en mi océano profundo de emociones silentes. Mientras callamos con estos tesoros guardados, somos inconquistables; donde muchos se aventuran, pueden pretender conocernos, navegar por nuestras aguas, sumergirse en nuestras profundidades, estudiarnos, pero la fuerza y lo maravilloso del océano es su propio misterio. Sólo pueden ver nuestras cortezas, plataformas continentales, jamás el abismo de nuestros pensamientos. Esa a mañana Eduardo se perdió entre las corrientes, en marejadas de pasión y memorias que no me atrevo a develar… Eduardo está dormido y yo añoro que sea él quien me viese dormir una vez más al costado de la cama como antes.   

¡Ay Juan!

¡Ay Juan! ¡Después de casi 23 años no puedo creer que aún no sepas dónde guardo el frasco de orégano! Estoy tan harta de repetirte las cosas constantemente, nunca me prestaste atención de verdad, te encerrás en ese mundo de crucigramas, policiales y obituarios del periódico, pero a mí... ¡Nada! 
Ya me parecía que todo esto de que conoces mis gestos, cómo me siento en la mesa, o cómo me late el párpado derecho cuando presiento que tu madre va a visitarnos un domingo ideal para tener sexo y estar tirados todo el día mirando las repeticiones que nos perdimos en la semana, si claro; pretendés que resolviste el misterio del universo con saber cuántas vueltas le doy al jabón cuando me lavo las manos, o el vendedor de zapatos se pone nervioso y no voy a comprar nada... 
Juan decíme de una vez por todas ¿Qué tenés en la mente? ¿Te acordás cuando descubriste que estaba frágil porque el infeliz de mi hermano embarazó a Susana, y a mí las criaturas me daban pavor porque nunca fui ducha en esto de cambiar pañales? Me tomaste de los hombros y con suavidad me dijiste: ¡Pero Nélida! Quédate tranquila, yo sé que los niños te intimidan, pero con el tiempo aprenderás a cuidarlos. Y aquí estoy con Alejo yéndose a vivir con su novia en un cuartucho cerca de Olivos y Mica a los porrazos en Abogacía. 
¿Acaso pensás que por mimarme cada mañana antes de irte a trabajar y cerca de las diez y media me mandas mensajitos cariñosos a escondidas del enclenque de tu jefe te voy a perdonar que no sepas todavía dónde guardo el frasco de orégano? ¡No Juan! ¡No! Reconozco que sos el hombre de mi vida, que nunca me pusiste una mano encima; al contrario, por cada rayadura mía te reíste y con ternura me tomaste la mano. ¿Sabés cómo me sacan tus actitudes de no darte cuenta que me molesta que me manches el mantel con mayonesa? La verdad que no sé cómo me conquistaste, pude ser otra mujer, tenerlo todo, ser amada y comprendida, pero no.
- Nelida ya está?
- Si Juan, pero aún tengo el estómago hecho un nudo y me tiemblan las rodillas.
- No sé si te dije que Alejo y Mica no vienen a almorzar, tampoco en todos estos años me importó saber dónde guardas ese condenado frasco de orégano porque me perdía en tus caderas cuando te daba la luz de la ventana y te hacía el amor en el piso de la cocina. Te veo caminar descalza de un lado al otro por toda la casa y pierdo la noción de las cosas, lo sé, no puedo evitarlo. Disculpa por ser tan descortés, pero si sirve de algo... ¿Te parece olvidar ese frasco y ponemos condimento a nuestra habitación?

Maca

De tantas vueltas y andanzas de perro callejero sólo me emociono con Maca “La Flaca”, con ella siempre estaba todo bien, con su remera de La Renga bien cortita y sus jeans rasgados en las rodillas; la conocí en Vaqueros Rock, pegamos un par de cartones de vino blanco, nos volvimos locos con una mano que conseguimos por ahí y vivimos una tarde espectacular, ella tenía una nena de 5 años a la que dejaba los viernes y sábados en la casa de sus abuelos paternos, por lo que supe el flaco se había borrado pero mantenía buena relación con la familia. Era la muchacha ideal, esa por la que todos los muchachos nos desvivimos por tener: Linda morocha, suelta, insolente, la que nunca conoció el no, a toda idea siempre se prendía, esa pibita simple de barrio que uno siempre cuida como la hermana o la vieja porque tiene códigos, la que te bancaba sin un peso en el bolsillo y se caminaba la ciudad si era necesario, esa que te hace la “gamba” en todas partes, incondicional, una más del grupo.  Cómo no recordarla con alegría cuando pintamos “Siempre es hoy” camino a la Universidad, y nos dimos una de las mejores cogidas bajo el puente del río Wierna hasta que nos corrió la gorra y nos perdonó la travesura.  
Maca era así, gauchita como pocas, yegua, de ley.  Nunca fuimos exclusivos, al menos no lo planteamos, pero a los 7 meses ya me empecé a enamorar perdidamente de ella, de su libertad, de todo ese Rock que llevaba en sus venas y saber que teníamos tanto en común, era como un adolescente que la esperaba afuera del terciario y me fumaba unos 15 cigarros de los nervios hasta que por fin salía de clases y nos bajábamos algo por la plaza de la “Legi” Cómo me encantaban sus ojos negros y esa cinturita de avispa que solo ella sabía moverla en la cama, elástica como pocas y cuando estábamos re locos mejor ni hablar. ¡Aahh! ¡Cómo me emocionaba Maca! Nunca conocí a su hija, eso estaba bien determinado, eso no se mezclaba; la verdad, a mí no me cabían los niños; pero si era por “la Flaca” estaba dispuesto a todo. 
Una vez cuando salimos de ver a Las Pelotas entre una charla de amigos y birras; flasheó: …” No me fijo en el bolsillo de los chabones, solo me importa que me hagan divertir y cero problemas, tampoco me interesa si tienen pasado; mejor aún si los acarrean… No acepto tipos sin experiencia, me gustan decididos y frontales a pesar de su edad” …    A pesar que comenzamos a andar juntos y nuestros amigos sabían que había rollo entre nosotros, nunca les batimos la posta… ¿Vaya uno a saber por qué? La calle es así, con la flaca éramos así. Yo cada vez más perdido por ella, ella más en otra y metida con amigas nuevas que se hizo en el terciario; fuimos saliendo con otros grupos hasta que se tornó infumable, cambio a La Renga por carteras y ropa de marca, zapatillas por zapatos de primera, ya no tomaba birra afuera del recital, era otra, ya no era la mina gamba de antes, me sentía un pendejo a su lado, como si estuviera con mi vieja, me pedía cortarme el cabello, cubrirme los tatuajes y buscar trabajo formal y dejar la banda. 
El año pasado la crucé por la Peatonal mirando vidrieras, supe que se casó con un gendarme y que vivió un tiempo en Aguaray, ahora es toda una señora con un perro labrador en su casa y cuando puede sale con sus amigas a bailar al lado más cheto de la ciudad. Con Maca estaba todo bien, hasta que se pudrió mal… Ella ya no patea la calle como antes.

¡Qué lindo está todo!

No sé bien con exactitud en qué momento comenzamos a desconocernos con Tamara, era un desgaste de años y miserias bajo la almohada cada noche, solo puedo relacionarlo al momento en que comenzó a avanzar en su trabajo y su espíritu se tornaba egoísta, tomando revanchas por nuestro bebé perdido años atrás, frustraciones sexuales, actitudes posesivas, problemas económicos y tantas situaciones de incomprensiones mutuas. Quizás necesitaba liberarse, explorar la vida que no pudo tener al casarse conmigo con tan solo 18 años, pero lo resolvió estando a mi lado más de una década. 
  Creo que fue a mediados de septiembre del ante año pasado cuando tuvimos esa última discusión que me dejaría marcado para siempre y me ayudaría a tomar la iniciativa días después de dejar el hogar y rehacer mi vida lejos de todo lo que había construido. Nos fuimos al fondo de la casa, encendí un cigarrillo, dejamos a nuestra hija mirando TV, ella salió con los brazos cruzados y los ojos secos, nos sentamos frente a frente pero nos hablábamos casi de costado, entre idas y vueltas le expliqué que éramos tres personas, una familia, si bien apoyamos el crecimiento personal de cada uno, también tiramos juntos para adelante y debemos saber compartir alegrías, sostenernos en momentos duros y regalarnos tiempo por simple amor al otro, a lo que Tamara primero tosió, luego llevándose las manos al plexo; comenzó con su sentencia que me dejaría helado: - ¿Ves esa planta que está allá? Así como la ves; eso sos vos ahora para mí, yo soy una mujer que está seca y vacía no tengo ganas ni ánimos de darte nada ya, necesito vivir para mí, porque primero estoy YO y solo YO. MI tiempo vale oro, ese tiempo lo ocupo en hacer dinero para mí y solo para mí, el que quiera mi tiempo deberá hacerme sentir que valió la pena haber dejado lo que estoy haciendo o me retribuya con dinero lo que estoy perdiendo, vos sos esa planta; esa misma planta que cuando se me chifla el moño y me acuerdo de casualidad de regarla; crece. Esa planta que si no le doy lo suficiente se las rebusca como sea y saca agua del ambiente, espera la lluvia, busca la luz del sol o trepa la pared, si vos querés estar conmigo deberás aceptar eso y rebuscártelas como esa planta, ¿te falta tiempo conmigo? Reemplazálo, hacé algo. ¿Me pedís sexo? Buscáte una puta ya ni celos tengo. ¿Me pedís que salgamos en familia? Es imposible, me estoy capacitando para no depender nunca de vos así el día que lo desee te doy una patada en el culo y no soy yo la que quede vulnerable. ¿Te sobra tiempo? Trabajá más, andá a un gimnasio, o andate de juerga con tus amigos y con todas esas trolitas que abundan en tu trabajo y te mueven el culo todos los días o pensás que no me doy cuenta que estas rodeado de yeguas por todos lados y como no te da el corazón para cogértelas venís todo caliente a buscar acción conmigo, no me guardes un lugar en la mesa si llego tarde, directamente ya no cocines para mí, llego a la noche, con una taza de té me las arreglo y soy feliz. YO NO TENGO MAS PARA DECIR, ¿Entendíste?   
Así recorrí los juzgados, abogados, centros de mediación y un sinfín de psicólogos para reunir nuevamente esa autoestima que se había destruido a lo largo de este tiempo, una lucha cruel por reestablecerme, ordenar mi personalidad y darle un valor a mi vida, rodearme de un nuevo ambiente y volver a ser ese joven idealista e intelectual que fui antes de casarme, hasta que finalmente llego la sentencia de divorcio y fue lapidaria para Tamara, ya no podía pedir disculpas, su orgullo no le permitía. Pero ella no podía verme bien, no podía, no…   Tenía que reaparecer un año después, llamarme al celular y pedir venir a mi depto. (Teníamos cosas importantes que hablar) Llegó cerca de las 14, había preparado una ensalada y un poco de carne asada, si algo amaba de mi soledad era el orden de mi hogar, cuando ella entró y vio todo lo primero que dijo fue: ¡Qué lindo que está todo! Vos siempre me decías que querías que vivamos más o menos así y yo te hacía la contra por bronca hacia vos nada más, ahora veo cuánta razón tenías… ¡Qué hermoso! Te felicito, la verdad te felicito. Mientras almorzábamos con lágrimas en sus ojos comenzó a preguntarme como hice para salir adelante, yo le explicaba que fue difícil, me costó primero su ausencia física, que dormí medio año del mismo lado de la cama a pesar tener un sommier de 2 plazas y estar solo, que extrañé su voz en la casa, o cuando me miraba y brillaban sus ojos de manera infantil, extrañaba el sexo de la madrugada a medio despertarnos, pero acepté que estaba en otra realidad, que eso ya fue el pasado, que ella misma me dio a elegir y que no tenía chances de ser una planta que buscara su atención. 
Al terminar de almorzar levantó los platos y los llevó a la cocina, mientras estaba de espaldas; vino y me abrazó poniendo sus manos en mi pecho, apoyó su rostro en mi hombro y haciendo una mueca absurda repitió… ¡Qué lindo que está todo Gordo!  No iba a dejar que Tamara me desestabilizara, menos en mi propio territorio, a lo que con mucha maldad le retruqué es que a veces recibo amigos y no me gusta recibirlos con la casa un desastre, ahora estoy un poco más feliz, volví a hacer las cosas que antes no podía. Tamara se apartó un poco y dijo:   - ¿Entonces… Vos ya me reemplazaste?  ¿Ya estuviste con otra mujer aquí? - Ya pasó un año, tengo mis necesidades, pero aún no lo hice, no pude, no estoy preparado todavía, pasé más tiempo metido en juzgados y abogados que pensando en donde meter el pene. Además, a qué viene la pregunta si vos misma me liberaste y dijiste que no tenías nada para dar, que estabas seca y vacía, que vos eras más importante que los demás. No iba a ser como una planta en el Desierto del Kalahari esperando por tu lluvia sagrada que viene cuando Dios se acuerda de los seres vivos del planeta. - ¡Aaaahh, sí! Es verdad y lo sostengo. Todavía pienso igual, es más vine a contarte que hay un hombre en mi trabajo que hace un tiempo me viene buscando y me busca, me hace atenciones, es mayor que yo, gana buen dinero, es seguro y muy bien establecido, tiene su propia casa, su auto y es separado también, sobre todo es muy caballero, pero yo no tengo tiempo para estar con nadie y hasta me aterra la idea de desvestirme delante de un hombre que no fueses vos, ya le dije que mi tiempo vale oro, que si me quiere será a mi modo, no existe otra forma, que no espere nada de mí, yo soy libre y punto. - ¿Y yo, qué relación tengo en todo esto? ¿Acaso buscas que te diga que hacer?  - Si, necesito tu consejo, ya que te veo muy centrado y diferente al de antes, quiero saber cómo fue con vos todo este proceso y darme una idea de cómo hacer yo. - No sé Tamara… Cogételo es lo mejor que te puedo decir, pero eso es asunto tuyo y sino hacé lo que quieras, yo pensé que querías hablar de nuestra hija, Tamara… - Es que sí hay relación, porque la persona que elija tiene que cumplir un estándar también por nuestra hija, por eso te pregunto. - Pero Tamara, yo no voy a ponerte la almohada para que te acuestes con un hombre y encima pretendas que te ayude a decidir si es bueno o no para nuestra hija, eso tenés que resolverlo vos misma, ya sos una mujer adulta. Podes tener tu vida sexual fuera de la casa y no necesariamente nuestra hija tiene que estar al tanto de lo que hagas, apenas tiene 13 años. - Es que soy una mujer sola entendélo, no tengo con quién hablar, estoy vulnerable y frágil. - Y bueno, pero vos buscaste ese camino, tuviste un esposo y quisiste ser vos sola, no tener ningún tipo de dependencia de mí,  éramos una familia y decidiste ser vos sola para capacitarte todos los domingos en esos cursos que no eran obligatorios, tenías amigos y los dejabas porque tu trabajo era más importante y te quedabas de más haciendo cosas gratis solo para huir de las reuniones hasta de Catecismo, eso resolvélo vos Tamara, por mí… Cogételo, lo peor que puede pasar es que no te guste, tal vez sí, como dijiste una vez, sexo es sexo y para vos no tenía valor relevante en nuestro matrimonio, si tanto valor le daba; que lo busque afuera, total a vos no te daba celos, porque después de todo… Es sexo, sólo carne. - Tampoco te lo dije tan así. - No sé, pero ya es tarde, Tamara te deseo lo mejor del mundo, ojalá encuentres a alguien que te dé lo que yo no pude y también yo pueda encontrar alguien que sepa completarme como vos no pudiste, además; desearte un mal no sirve, tenemos una hija y tu propio bien es el bien de ella también por relación directa. Tomemos un café, ya está el agua y luego me voy al centro, tengo cosas que hacer. - Dale, tomemos un café, siempre los hiciste espumosos como a mí me gustan, extraño tus cafés Gordito.   
  Así se nos fue la siesta, ese horario en el que acostumbrábamos a ducharnos juntos, mientras ella me lavaba la cabeza y la enjuagaba, yo le refregaba la espalda. Irónicamente terminamos igual en cierto modo; con toda esta conversación y lo que me había removido interiormente, podría decir que me lavó la cabeza otra vez, mientras ella esperaba que yo le refregara la espalda como un amigo íntimo, pero no, no lo hice… No quise hacerlo. Dimos unas vueltas por Plaza Alvarado, la acompañé a la parada del colectivo y se fue dejando esa espuma densa sobre mí, con un ardor en los ojos que no olvidaré jamás.     

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